La Dignidad Agropecuaria Colombiana confirmó, a través de un comunicado, la convocatoria a un nuevo paro nacional arrocero a partir del próximo 14 de julio, argumentando que la situación que atraviesan los productores se ha vuelto insostenible y que persiste el incumplimiento de compromisos pactados con el Gobierno tras la última jornada de protestas en marzo.
De acuerdo con el gremio, la crisis se explica por el incremento constante en los costos de producción, la caída en los precios del grano —con registros negativos en diciembre de 2024 y junio de 2025— y un mercado interno presionado por la importación de arroz, aun cuando la oferta nacional sería suficiente para cubrir la demanda.
En su pronunciamiento, la organización señaló la falta de control frente al contrabando y cuestionó el papel de los grandes molinos:
“Una industria molinera monopolizada por un duopolio al que la responsabilidad social se le embolató en sus pretensiones económicas sin límites y la alcahuetería gubernamental de todos los gobiernos, sumado a un contrabando sin límites, arrincona al sector mientras los precios al consumidor siguen por las nubes”, indicaron.
Otro factor de tensión son los Tratados de Libre Comercio (TLC), que según Dignidad Agropecuaria, obligan a abrir las puertas a arroz importado, lo que golpea la rentabilidad de los productores locales y agrava la competencia desleal.
El llamado de los agricultores es claro: exigen respuestas concretas por parte del Gobierno Nacional para garantizar precios justos, frenar la especulación en la cadena de comercialización y controlar el contrabando, temas que consideran críticos para evitar la quiebra de miles de familias campesinas dedicadas al cultivo del cereal.